¡Reunión del Desmadre... digo, la ONU! [Libremente Mundial[?]

**[México-kun]** Mar Jun 07, 2011 8:35 pm

Día, mes y año desconocido; era una buena mañana en un smogeado y congestionado Nueva York, sede de la Reunión de la ONU.

Cada año, los países se reúnen para discutir temas de suma actualidad; aunque, como ya sabemos el resto de los mortales, termina en un zafarrancho digno de una pulquería, o en el mejor de los casos, en un todos contra todos, quedando igual o peor que cuando llegaron.

Como siempre, todos habían acordado que ésta reunión no iba a terminar como las demás, o sea una reverenda mierda, por lo que decidieron guardar la compostura todo lo que pudiesen [en vano, hemos de recalcar].

Sin más cortapisas, veamos lo que sucedió en ésta Reunión del Desmadre... digo, de la ONU.

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Una linda mañana; los pájaros surcaban los aires, y el ruido de la población endulzaba el ambiente; todo era normal y apacible, de no ser por...

-¡Chingados, cállense la puta boca todos, namás andan despertando gente a las diez de la "madrugada"...!-gritó cierto mexicano, aventando la alarma del reloj contra la pared, donde en el suelo residía un montón de escombros, antiguos restos de lo que fueron relojes.

Sí, después de la peda histórica de la noche anterior, México se encontraba luchando contra el demonio de la cruda...

A duras penas se sentó en la cama, rascando su nuca, viendo que estaba completamente encuerado; se paseó por la habitación, sorteando muchos obstáculos -hay qué nombrar de alguna manera el chiquero y medio que había en su cuarto-, y cuando vio el calendario, se dio cuenta de que la reunión era para hoy...

-¡Mierda... no hay tequila!-se quejó, suspirando largamente.

Con mucha flojera, se dio un buen regaderazo de agua fría, dejando el agua toda café a su paso, viendo que la borrachera del día anterior había sido más que cruel; con suma dificultad encontró unos pantalones más o menos decentes [si por decentes entendemos no rotos, quemados, faroleados o en estado de fosilización/petrificación], al igual que una camisa y saco [porque ni de muerte sustituiría su pañoleta por una asquerosa corbata.

Metiendo en un portafolio toda clase de papeles [sanitario incluido], se puso su sombrero, y tomó un asfixiante vuelo hacia AlfredoLandia... digo, Gringolandia... este, Estados Unidos, hastiándose porque la comida ni un vago se la comería, sosteniendo una pelea a muerte contra una bolsa de cacahuates, cuyo pleito terminó con el maní regado por todos lados, menos en su boca.

Después de varias peripecias, llegó a la sala, que estaba más o menos vacía, y caminó como siempre hacia un asiento, viendo cuál estaría lo más lejos de gringo-kun [aunque éste luego lo agarrara casi del cuello y lo aplastara a un lado suyo], mirando cómo algunos países lo miraban con miedo, dada su actual fama de "narco de cuello blanco".

-Y dicen que yo soy el tardado...-exclamó para sí, caminando lentamente, ni siquiera veía la décima parte de los que deberían estar, y menos algún conocido...